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Piletas y mesadas

¿Qué son los aceros inoxidables y cuál es la diferencia con el acero común o al carbono?

Los aceros inoxidables son aleaciones de hierro, carbono y cromo que contienen -por lo menos- 10.5 % de cromo. Los aceros al carbono en cambio, son aleaciones de solo hierro y carbono.

Otros elementos como níquel, molibdeno, titanio y niobio pueden estar presentes en los aceros inoxidables, pero el cromo -con el contenido mínimo -indicado debe obligatoriamente formar parte de estas aleaciones, ya que es un elemento muy importante en la formación de películas pasivas, debiéndose a esta última su elevada resistencia a la corrosión.

 

¿Cuáles son las ventajas del acero inoxidable?

  • Es higiénico: la ausencia de porosidad de la superficie dificulta la adhesión, acumulación y supervivencia de bacterias sobre la misma. Esta es la razón del uso extendido del acero inoxidable en las cocinas y aplicaciones gastronómicas.
  • Permite la soldadura de pileta y mesada: esta cualidad, además de brindarle una estética de vanguardia, permite asegurar el 100 % de estanqueidad e higiene en la unión más crítica de la superficie de trabajo.
  • Es fácil de limpiar: con un sencillo mantenimiento se puede mantener el aspecto original durante años;
  • Es mecánicamente resistente: los productos en acero inoxidable son resistentes a los golpes y la abrasión;
  • Es ecológico: alrededor del 70% del acero en cada pieza de acero inoxidable es reciclado;
  • Es resistente a la corrosión: la capa pasiva autoregenerante característica inherente a los aceros inoxidables protege a la superficie frente a los agentes agresivos.
  • Es un material con características estéticas inimitables.

 

¿Qué es la película pasiva del acero inoxidable?

La película pasiva del acero inoxidable está directamente relacionada con la resistencia a la corrosión de los aceros inoxidables. Los metales que integran los aceros inoxidables tienen una gran capacidad de reacción con el medio ambiente.

Los aceros inoxidables, que son aleaciones de esos metales, no reaccionan fácilmente con el medio ambiente debido a la habilidad que tienen algunos de esos elementos (principalmente el cromo) para formar una película fina, adherente, homogénea y resistente sobre la superficie del material, llamada película pasiva. Esta película está formada por óxidos e hidróxidos de hierro y cromo, y se puede formar de manera espontánea en presencia del oxígeno y del agua.

Es esta película la que protege a los aceros inoxidables de los problemas de corrosión.

 

¿Hay distintos tipos de aceros inoxidables?

Sí, hay distintos tipos y cada uno posee composiciones químicas diferentes que le otorgan distintas propiedades que establecen límites al tipo de aplicación.

Los aceros inoxidables ferríticos son los aceros de la serie AISI 400 (se adicionan molibdeno, titanio y niobio); los austeníticos son de la serie AISI 300 (níquel adicionado) y los de la serie AISI 200 (donde el níquel es sustituido por manganeso o cobre).

Los aceros inoxidables duplex austenoferríticos, presentan aproximadamente 50 % de estructura austenítica y 50 % de estructura ferrítica.

Entre los aceros inoxidables ferríticos, aquellos que pueden ser endurecidos por tratamiento térmico (templado) son conocidos como aceros inoxidables martensíticos.

Los aceros de aplicación doméstica normal son AISI 430, AISI 304 y AISI 316 en aplicaciones más exigentes.

 

¿Qué diferencias poseen los aceros inoxidables entre si?

Según la definición de la norma Europea EN 10088-1, los aceros inoxidables deben tener un contenido mínimo de cromo del 10,5% y un máximo del 1,2% de carbono.

La resistencia a la corrosión de los aceros inoxidables puede mejorarse con la adición de otros elementos de aleación como níquel, molibdeno, nitrógeno y titanio (o niobio). Esto proporciona una gama de aceros inoxidables resistentes a la corrosión para un amplio espectro de condiciones de trabajo y, además, potencia otras propiedades útiles como son la conformabilidad, la fuerza y la resistencia térmica (al fuego).

Los aceros inoxidables no pueden ser considerados como resistentes a la corrosión en todas las condiciones de trabajo. Dependiendo del tipo de acero inoxidable, habrá ciertas condiciones en las que se pierda la capa pasiva y no pueda recomponerse. En ese caso la superficie se convierte en «activa», y se produce la corrosión.

El acero inoxidable debe limpiarse para mantener su buen aspecto y preservar su resistencia a la corrosión. Los componentes del acero inoxidable no experimentarán corrosión bajo condiciones de uso doméstico, siempre que se haya seleccionado el tipo adecuado y se hayan seguido los procedimientos normales.

Gracias a sus propiedades de soldadura, conformado y acabado, el acero inoxidable satisface los requisitos de los utensilios y elementos de cocina relativos a un diseño sin costuras (higiénico), superficies no adherentes, rigidez a largo plazo, etc.

AISI 430: Es un acero de propósito general por su ductilidad y buenas características de maleabilidad y resistencia a la corrosión. Es ideal para muebles y decoración interior, empleándose también para adornos y molduras automotrices, materiales de construcción, adornos interiores arquitectónicos y paneles, equipos de cocina, entre otras aplicaciones domésticas, sumado a un amplio espectro de aplicaciones en la industria.

AISI 304: Posee el mismo rango de aplicación que el AISI 430, pero por sus características químicas al incorporar Níquel, permite lograr productos más complejos (ya sea por procesos de formado o soldado) y posee un espectro de resistencia mayor al AISI 430 frente a ciertos agentes en determinadas condiciones de temperatura y pH.

AISI 316: Posee el mismo rango de aplicación que el AISI 304, pero por la incorporación de Molibdeno en su estructura, su resistencia a la corrosión es superior al AISI 430 y al AISI 304 lo que permite emplearlo en medios más agresivos, como ácidos y atmósfera salina. Se utiliza para adornos arquitectónicos, equipo para el procesamiento de alimentos, farmacéutico, fotográfico, textil, laboratorios, etc.

 

¿Con qué frecuencia debo limpiar las superficies de acero inoxidable?

Diariamente, es recomendable limpiar las superficies con un trapo levemente húmedo con agua o en su defecto con un detergente o jabón neutro (blanco o de glicerina).

Periódicamente, debe realizarse una limpieza adicional más profunda empleando productos limpiadores recomendados para la aplicación sobre acero inoxidable.

Debe asegurarse siempre de remover los restos de los productos empleados y consultar cualquier duda al proveedor de dichos productos.

Los paños y esponjas deben ser del tipo “scotch-brite” que se especifiquen para no dañar la superficie.

Una vez finalizada la limpieza siempre debe secarse la superficie usando un paño no abrasivo o papel absorbente.

 

¿Qué tipo de elementos y productos de limpieza puedo emplear para limpiar el acero inoxidable?

ProductoAplicación
Esponjas suaves y paños (microfibra tipo “scotch-brite)Siempre
Agua con jabón y/o detergente neutroLimpieza de grasa
Solución de vinagre (1 parte de vinagre blanco en 3 partes de agua)Limpieza de cal
Carbonato o bicarbonato sódico (2 cucharadas de café en medio litro de agua hirviendo dejando actuar 15 minutos).Restos de café
y de te
Alcohol etílico, alcohol isopropílico o acetonaLimpiezas de adhesivos
Limpiadores en aerosol o cremas libres de cloruros o hipocloritos (lavandinas)Acabado de inoxidable pulido espejo
Pastas y aerosoles específicos para cromados y aceros inoxidablesPara limpieza y protección.

 

¿El acero inoxidable se raya?

Sí, como la mayor parte de las cosas, la superficie de acero inoxidable se raya con el uso.

El proceso de pulido de los productos de acero inoxidable (placas, mesadas, piletas, hornos, anafes, heladeras y otros artefactos) lo hacen fácil de limpiar en comparación con otros acabados. No obstante, las propiedades del material hacen que este no sea 100 % resistente a rayas.

Toda superficie de acero inoxidable mostrará rayas por el uso normal, aunque con el paso del tiempo y un mantenimiento y limpieza adecuados, las mismas se transformarán en una pátina o textura propia del acabado y no serán perceptibles a la vista.

Aunque las rayas sean visibles las mismas no alteran las cualidades higiénicas y de resistencia a la corrosión propias del material.

Todos los productos elaborados en acero inoxidable, independientemente de quién los fabrica, se comportan de la misma manera ya que es una característica del material.

 

¿Puede deteriorarse el acero inoxidable?

Aunque el acero inoxidable es mucho más resistente a la corrosión que el acero al carbono o sus aleaciones, en algunas circunstancias se puede corroer.

En condiciones normales de uso el acero inoxidable no se corroe y así lo demuestran las distintas aplicaciones donde se lo utiliza.

En el caso que se depositen en la superficie de acero inoxidable partículas de hierro de distinto origen (por ejemplo, cañerías de agua, artefactos de cocción, etc.) las mismas pueden oxidarse y si no son removidas, pueden ocasionar mayores daños.

Debe evitarse el uso de productos con hipoclorito o agua lavandina porque pueden atacar el acero inoxidable, generando picaduras y manchas. En el caso de que se pongan en contacto con estos productos, se debe enjuagar con abundante agua.

Los limpiadores de metales que no son especificados para limpieza de acero inoxidable pueden causar manchas no removibles.

La resistencia del acero inoxidable a los ácidos es dependiente del tipo de ácido, temperatura, pH y tiempo de exposición. Debe investigarse en función de la tipología si el tipo de acero seleccionado es el adecuado.

Algunas comidas, cuando se dejan por períodos prolongados pueden causar picaduras y corrosión (por ejemplo, jugos de frutas cítricas, sal, vinagre, mayonesa, mostaza, etc.).

 

¿Qué agentes atacan el acero inoxidable?

Los desinfectantes concentrados que contienen hipocloritos (lavandinas) o cloruros pueden dañar el acero inoxidable También, productos químicos diluidos pueden hacer que el acero inoxidable se oxide si se dejan mucho tiempo en contacto o no se enjuagan adecuadamente.

Aunque muchos limpiadores son indicados para el acero inoxidable debe tenerse mucho cuidado y seguir las instrucciones adecuadamente. En las disoluciones recomendadas, el tiempo de exposición y la temperatura deben estar controladas. Al limpiar las superficies se debe tener cuidado de no dejar restos de limpiador y no producir arañazos.

Las sales o productos que contengan cloruros pueden producir daños (revisar si aparecen el símbolo químico del cloro Cl en la leyenda) existe la posibilidad de que el producto dañe materiales como el acero inoxidable. Los polvos de limpieza pueden provocar rayas.

Los estropajos o esponjas de lana de acero común no son recomendables ya que dañan el acero inoxidable de dos maneras: no sólo provocan rayas y lo oxidan, sino que los restos de metal pueden impedir la autoregeneración de la capa pasiva de acero inoxidable.

Los limpiadores de plata pueden contener cloruros y ácidos que no sean adecuados para el acero inoxidable.

Siempre debe recurrirse a la especificación del fabricante del producto para determinar si el mismo puede ser aplicado en el acero inoxidable y si no existen interacciones con otros productos, que puedan generar un nivel de agresión mayor.

 

¿Es magnético el acero inoxidable?

El grado de respuesta magnética o permeabilidad magnética depende de la microestructura del acero.

Los aceros AISI 304 / 316 (austeníticos) son no magnéticos, no obstante siempre existen en la estructura ferrita o martensita que hacen que el comportamiento sea no ideal.

Los aceros AISI 430 (ferríticos) poseen comportamiento magnético.

Es posible que el comportamiento magnético de los aceros austeníticos cambie con el procesamiento, principalmente por los procesos de formado y soldadura. En el formado, se puede apreciar en la zona de los vértices de las piletas o mesadas principalmente un cierto comportamiento magnético.

Pese a tratarse de una costumbre muy difundida, probar la calidad del acero con un imán no otorga una respuesta cierta sobre su calidad.

 

¿Deja el agua marcas sobre el acero inoxidable?

Si el agua queda sobre la superficie de acero inoxidable la misma se evaporará y quedarán marcas, las que pueden ser eliminadas con limpieza regular con agua o jabón/detergente neutro y un trapo suave.

Para remover manchas más persistentes, emplear una solución de vinagre (una parte de vinagre en tres partes de agua).

Limpiar y secar normalmente después del uso el acero inoxidable para dejar la superficie expuesta al oxígeno (el oxígeno reacciona con el cromo para formar la película pasiva que lo protege).